Miles de motoristas viajaron en excursión hasta la localidad, donde se ofreció como aperitivo chorizo al champan, sopas de ajo y vino para más de 3.000 personas.
Participantes en la concentración acceden a Mojados por el Puente Viejo. |
Mojados acogió un año más una cita que ya se ha convertido en una gran tradición para los Pingüinos que llegan hasta Valladolid. Cada año acuden el viernes por la tarde a esta localidad, donde vecinos y muchos curiosos reciben entre aplausos a miles de moteros.
A las cinco en punto de la tarde comenzaron a desfilar por el puente viejo de Mojados, que se convirtió en la puerta de entrada para una gran masa de Pingüinos que poco a poco comenzó a llenar las calles del municipio. Su llegada era anunciada por el rugido de los motores, que se podía sentir en cada rincón y, a su paso, los mojadenses salían de sus casas para recibir a unos motoristas que este año, y por extraño que parezca, han tenido al buen tiempo de su lado.
Era sin duda lo más comentado entre todos los asistentes, la buena temperatura, que ha permitido que este año sea una de las más multitudinarias, en cuanto a moteros, pero también a espectadores, que se agolpaban en la Plaza de San Juan para ver cómo singulares motos, sidecars o antiguas motocicletas con todo lujo de detalles se paseaban por las calles de Mojados.
La Guardia Civil y el personal del Ayuntamiento de Mojados fueron los encargados de ir ubicando acada una de las motos para que todas ellas encontraran aparcamiento, algo complicado aunque no imposible. La imagen de Mojados parecía invadida por motoristas, muchos de ellos vestidos a juego con su moto y algunos llevaban su cámara en el casco para inmortalizar el momento y el recorrido desde Puente Duero hasta el municipio.
Exhibición a dos y cuatro ruedas
Los que se quedaban totalmente admirados con las motos eran los espectadores, que siguieron su recorrido hasta el Paseo del Cristo, una calle larga y recta que acogió la exhibición de Stunt de Emilio Zamora, un auténtico show acrobático en moto y quad que también se podrá ver mañana sábado a partir de las doce de la mañana en Valladolid.
Los más pequeños, aquellos que veían por primera vez una exhibición como ésta, se sorprendían, pero no sólo los niños, porque a los más mayores también se les notaba en la cara cómo disfrutaban de esta cita motera en la que mojadenses y gente de otros municipios, hasta de Valladolid, se divertían con la demostración y observando motocicletas llegadas de diferentes partes del mundo.
El Ayuntamiento de Mojados llevaba varios días preparando las casetas de madera donde se repartieron más de 3.000 raciones de chorizo al champan, cuencos de sopas de ajo y vino, para todos los Pingüiños que iban llegando y se unían a una extensa cola para degustar este aperitivo.
Varios voluntarios de Mojados se encargaban de entregar el aperitivo a los asistentes. En años anteriores, las sopas de ajo ayudaban a entrar en calor, al igual que el vino. En esta edición, si bien el frío no acompañó a los moteros que se acercaron hasta el municipio, éstos también decidieron disfrutar del aperitivo mientras charlaban con los compañeros y ya pensaban en los conciertos de la noche, la excursión de este sábado a Valladolid y el Desfile de Antorchas, uno de los momentos más esperados de la concentración motera.
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